Desde las 2:00 de la tarde, los Guardianes de la Convivencia ya se preparaban para recibir a toda la hinchada en el Metropolitano Roberto Meléndez para el partido entre Junior vs. Atlético Nacional. En esta ocasión, 60 jóvenes de los barrios Domingo Marino, Bella Arena y Carrizal fueron los encargados de orientar a la ciudadanía en temas sobre buen comportamiento.

Ellos se sumaron a los 50 muchachos de El Bosque, La Luz y la urbanización Las Gardenias, quienes ya habían iniciado la pedagogía en el partido que Junior disputó con Once Caldas el pasado jueves, completando 110 jóvenes que participaron en las dos jornadas.

Uno de los guardianes que custodió el Metropolitano y sus alrededores fue Snaider Torres, de 20 años. Él pertenece al programa desde el 2013, y hoy es un líder de equipo para el desenvolvimiento de este tipo de proyectos. “Hoy le decimos no a la violencia, por lo que estuvimos en la labor de guiar a las personas, centrándonos en el orden y cuidado de nuestro sistema de transporte”, dijo.
 
Snaider también contó que indicarles a los usuarios de Transmetro que no se volaran el torniquete, despejar el área para que el resto de los pasajeros pudiera entrar, cruzar por la cebra, además de respetar la fila a la entrada del recinto deportivo, fueron algunas de sus labores antes, durante y después del partido.

Esta medida se tomó en el más reciente Comité de Orden Público, “respondiendo a una necesidad de la gente en temas de acompañamiento en temas de educación y regulación”, tal como lo afirmó el jefe de la Oficina para la Seguridad y Convivencia Ciudadana, Yesid Turbay Pereira.

Asimismo, el funcionario especificó que fueron cinco los puntos priorizados para implementar el plan: las estaciones de Transmetro Joaquín Barrios Polo y Pedro Ramayá; el puente peatonal de la calle Murillo, al lado del estadio, y las entradas a las tribunas Norte y Sur.

Acompañamiento psicosocial

El jefe de la Oficina para la Seguridad y Convivencia Ciudadana dijo que este trabajo se viene desarrollando en diferentes escenarios de la ciudad, tales como Carnaval, Semana Santa y el Día de las Madres y que, de alguna manera, “es la forma de regresarle a Barranquilla un ejercicio personal de autorregulación que estos jóvenes han venido desarrollando, que ahora pasa a ser un asunto con la comunidad”.

En ese sentido, la coordinadora de Prevención y socióloga de ese despacho, Alejandra Vinchira, explicó que los jóvenes vienen de un proceso “porque ellos tenían mal comportamiento, pero ahora el asunto es cómo fortalecen la capacidad de regular al otro, y esa es una de nuestras apuestas en materia de seguridad y convivencia desde la administración distrital”.

Vinchira agregó que dicho ejercicio es asistido por un equipo conformado por psicólogos y trabajadores sociales y que, de esta manera, se entrelazan estrategias que han logrado reforzar ciertos aspectos de prevención en violencia interpersonal para población juvenil con el tema de cultura ciudadana.